Acts 10:9-32

La visión de Pedro

9Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro a subió a la azotea b a orar como al mediodía c. 10Tuvo hambre y deseaba comer; pero mientras le preparaban algo de comer, le sobrevino un éxtasis d. 11Vio* el cielo abierto e y un objeto
O receptáculo.
semejante a un gran lienzo que descendía, bajado a la tierra por las cuatro puntas.
12Había en él toda clase de cuadrúpedos y reptiles de la tierra, y aves del cielo.

13Y oyó una voz
Lit. vino una voz a él.
: «Levántate, Pedro, mata
O sacrifica.
y come».
14Pero Pedro dijo: «De ninguna manera, Señor i, porque yo jamás he comido nada impuro
O no santo; lit. común.
o inmundo k».
15De nuevo, por segunda vez, llegó a él una voz: «Lo que Dios ha limpiado l, no lo llames tú impuro
O no santo; lit. común.
».
16Esto sucedió tres veces, e inmediatamente el lienzo
O receptáculo.
fue recogido al cielo.

Los mensajeros de Cornelio

17Mientras Pedro estaba perplejo pensando en lo que significaría la visión o que había visto, en ese momento los hombres que habían sido enviados por Cornelio p, después de haber preguntado por la casa de Simón, se aparecieron a la puerta. 18Y llamando, preguntaron si allí se hospedaba Simón, el que también se llamaba Pedro.

19Mientras Pedro meditaba sobre la visión q, el Espíritu le dijo r: «Mira, tres hombres te buscan. 20»Levántate, pues, desciende y no dudes s en acompañarlos, porque Yo los he enviado».

21Pedro descendió a donde estaban los hombres, y les dijo: «Yo soy el que buscan; ¿cuál es la causa por la que han venido?». 22Y ellos dijeron: «A Cornelio el centurión
I.e. un capitán romano.
, un hombre justo y temeroso de Dios, y que es muy estimado por toda la nación de los judíos u, le fue ordenado v por un santo ángel w que hiciera venir a usted a su casa para oír sus palabras x».
23Entonces Pedro los invitó a entrar y los hospedó.

Al día siguiente se levantó y fue con ellos, y algunos de los hermanos y de Jope z lo acompañaron aa.

Pedro en casa de Cornelio

24Al otro día entró en Cesarea ab. Cornelio los estaba esperando y había reunido a sus parientes y amigos íntimos. 25Cuando Pedro iba a entrar, Cornelio salió a recibirlo, y postrándose a sus pies, lo adoró ac. 26Pero Pedro lo levantó, diciendo: «Ponte de pie; yo también soy hombre ad».

27Conversando con él, entró y halló* mucha gente reunida ae. 28Entonces Pedro les dijo: «Ustedes saben que no es lícito para un judío asociarse con un extranjero o visitarlo af, pero Dios me ha mostrado que a ningún hombre debo llamar impuro
O no santo; lit. común.
o inmundo ah.
29»Por eso, cuando mandaron a buscarme, vine sin poner ninguna objeción. Pregunto, pues, ¿por qué causa me han llamado?».

30Y Cornelio respondió: «Hace cuatro días ai, a esta misma hora, estaba yo orando en mi casa a la hora novena
I.e. 3 p.m.
,
ak; y un hombre al con vestiduras resplandecientes, se puso delante de mí,
31y dijo*: “Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus obras de caridad
O limosnas.
han sido recordadas delante de Dios.
32”Envía unos hombres a Jope, y haz llamar a Simón, que también se llama Pedro; él está hospedado en casa de Simón el curtidor, junto al mar
Algunos mss. agregan: y cuando llegue, él te hablará.
,
ao”.
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